martes, 12 de febrero de 2008

(II): 10 de febrero

[MEDIOS] El quincenal Diagonal, posiblemente la más interesante publicación impresa de la izquierda alternativa en castellano, publica su dossier anti-ZP. Muy certero para conocer todos los peros que se le puedan poner a esta primera legislatura de Rodríguez Zapatero, y absolutamente falto de ecuanimidad a la hora de valorar sus méritos. Es recomendable leerlo, de todos modos, porque aunque se equivoquen de medio a medio en esta caso, siempre es interesante lo que puedan decir gente tan lúcida y comprometida como Santiago Alba Rico o Carlos Taibo.
***
[PLATAFORMA DE APOYO A ZAPATERO] Brillante la campaña de los intelectuales y artistas (un poco los rojillos de siempre: Serrat, Sabina, Bosé, Víctor Manuel...) de la Plataforma de Apoyo a Zapatero (PAZ), empleando el nombre del presidente en lenguaje de signos (una "^" sobre la ceja derecha) como señal de apoyo, y titulando su manifiesto y su canción-himno Defender la alegría. Irresistible. Los publicistas del PSOE están que se salen.

Más espontáneo, más valiente y más de izquierdas aún, el momentazo de Alberto San Juan en la gala de los premios Goya, pidiendo la disolución de "esa cosa llamada Conferencia Episcopal". Para quitarse el sombrero.
The titiriteros strikes back...

(Por cierto que un señor de Pontevedra que se presenta a las elecciones ha dicho hoy, en un mitin en Don Benito, que los artistas de PAZ están con Zapatero para proteger sus privilegios a través del dichoso canon de la SGAE. Es cierto que la gestión de los derechos de autor tienen que pasar, ¡pero ya!, a una agencia pública y transparente -y la SGAE no es, ni de lejos, ni una cosa ni la otra-, y que hay maneras mucho más serias, inteligentes y justas de defender la creación artística que con un canon que nos trata a todos como delincuentes por si acaso. Pero si el PP espera, con su oportunista postura anti-canon, arañar algún voto -pongamos por caso, el mío- entre los opositores a la SGAE, van de puñetero culo. Ya nos encargaremos los ciudadanos de que Zapatero cambie el rumbo en la cuestión de los derechos de autor. Pero cien cánones como el de la SGAE no valen la vida de un ciudadano iraquí, señor Rajoy, y ustedes aún deben disculparse por su connivencia en la muerte de... 700.000 iraquíes. Echen cuentas, y verán lo poco que vale su oportunismo).
***
[ECONOMÍA] Es cierto, como dice el líder (o algo así) de la derecha española, que él se ha ocupado de hacer propuestas económicas. Y es bueno recordarlas: hace pocos meses recomendaba ayudas fiscales... ¡a la adquisición de viviendas! ¡Sí señor! ¡Más gasolina a la lumbre hasta que nos achicharremos todos! Lo de este señor de Pontevedra, si no fuera candidato a la presidencia del gobierno, sería desternillante, pero como sí que lo es, es un peligro: dice que hay crisis, pero dice también que sigamos comprando pisos hasta que no tengamos otra cosa que ladrillos para llevarnos a la boca en este país. Zapatero niega la crisis, o eso dice el PP, pero pone en marcha un plan para recolocar en otros sectores a los que están pagando con su puesto de trabajo el pinchazo del ladrillo. Veo bastante más realismo ante la crisis en Zapatero, aunque no lo aliñe con la especie apocalíptica que tanto le gusta al PP. Al presi le podemos muy justamente reprochar no haber dado un puñetazo en la mesa y congelado la venta de suelo público para vivienda libre hace tres años, pero al menos, no anima a la gente a seguir comprando pisos, sino a alquilarlos.

Naomi Klein ha escrito hace unos días un interesantísimo texto, llamado Por qué a la derecha le encanta el desastre. Permítanme citar un fragmento: "Las crisis han allanado el camino para el avance de la revolución económica derechista en todo el planeta. Se produce una crisis, se extiende el pánico y los ideólogos llenan la brecha reorganizando rápidamente las sociedades en interés de los grandes entes corporativos. Es una maniobra que llamo capitalismo del desastre."

Y esto lo ha escrito, seguramente, sin conocer el acoso contra los médicos del Hospital Severo Ochoa (un gravoso hospital público al servicio de todos, donde podría haber un lucrativo hospital privado que atendiese sólo a los más pudientes y obtuviese de ello pingües beneficios, ¡qué desperdicio!), y sin haber oído la COPE, donde parece que piden al Altísimo que, para rematar el trabajo del desastre bursátil, eche sobre España las Siete Plagas de Egipto... para luego culpar a Zapatero y, quién sabe, hacer algunos buenos negocios después. Como si todo valiese para tumbar al adversario, y como si un tío tan serio como el Altísimo pudiese tener alguna relación con gentuza impresentable como la que habla por la COPE...
***
***
[SEVERO OCHOA] La Sexta emite el documental El Severo me duele, dirigido por El Gran Wyoming, que demuestra una vez más que, para ser un excelente cómico, hay que saber cómo y cuándo toca hablar en serio. Tan en serio que, efectivamente, duele. Wyoming sabe transmitirnos ese dolor -el de los médicos, el de los familiares, el de toda una comunidad- sin caer, ni por un instante, en lo efectista o lo morboso. No lo necesita para conmover esta historia terrible. Se han destruido carreras profesionales, autoestimas, afectos, lazos de confianza entre los médicos, entre la población y el sistema sanitario...

"Es peor que un crimen, es un error". Esta célebre sentencia es tan vieja como repugnante, y define bien lo ocurrido. El increíble lío en que se han metido Esperanza Aguirre y Manuel Lamela les está estallando en las manos semanas antes de unas elecciones generales; sin duda, su negativa a cualquier disculpa y su actitud chulesca tras la sentencia que desestima las acusaciones contra el doctor Montes y sus compañeros no está ayudando a aminorar el escándalo. Ahora se abre la hora para otras responsabilidades y otras preguntas. ¿Qué hay realmente detrás de la campaña contra los profesionales del Severo Ochoa?

Por supuesto que el calado moral de esta asunto trasciende con mucho esta crónica ligera de la campaña electoral y no puede reducirse, de ningún modo, a un episodio de esta. Pero lo cierto es que el PP vuelve a recibir el roll-back de una manera de hacer política para la que, después de estos cuatro años, nos hemos quedado sin adjetivos. A la par que la figura del doctor Montes -que se suma a la lista de notables rebeldes cívicos de la actualidad, junto a la madre coraje Pilar Manjón, el cura Enrique de Castro y otros tantos- va siendo rehabilitada, comienza a agrietarse el mito de la lideresa implacable y inexpugnable. De momento, la factura política la va a pagar Mariano Rajoy, pero parece difícil que una inmundicia semejante no termine dañando las ilimitadas ambiciones de Esperanza Aguirre para después del 9-M.
Continuará.
***
***
[ZAPATERO] En el tradicional mitin socialista de Vista Alegre José Luis Rodríguez Zapatero ha hecho un expreso llamamiento al voto progresista. Incluso en estos ceremoniales tan marcadamente partidarios -presencia de viejas glorias incluida- Zapatero logra mantener esa cuidada imagen de candidato de todas las izquierdas, y no sólo de su partido. No es casual que, por ejemplo, en el video de la Plataforma de Apoyo a Zapatero no aparezcan las siglas del PSOE por ningún sitio. Hace ya tiempo, el actor Juan Diego, entrevistado por El País, reflejaba esa imagen en una exquisita síntesis retórica: "mi partido es Izquierda Unida, y mi presidente, Zapatero". Otro actor, Federico Luppi, acuñó el muy apropiado concepto de "cordón sanitario" democrático frente a la peligrosa inercia ultra del PP, y no cabe duda de que Zapatero es la clave de bóveda de ese necesario cordón sanitario. Para muchos votantes de IU, ERC y BNG, e incluso de CiU y PNV, partidos cuyo apoyo ha recibido para la mayoría de las grandes decisiones legislativas de este cuatrienio, así como para muchos ciudadanos que votan (votamos) PSOE pensando más en el presi, De la Vega, Rubalcaba, Moratinos o Bermejo que en el PSOE como partido, Zapatero es, más bien que un gobernante strictu senso, un moderador, un árbitro competente para gestionar, desde una posición centrada y un profundo sentido del diálogo, la diversidad y la pluralidad, la riqueza y la problematicidad, de la España del siglo XXI.

No hay comentarios: